
Respóndame usted, soldado,
Por qué no habla la verdad,
Si pretende liberar
Del mal a sus conquistados.
Si la paja le ha encontrado
Al ojo de su vecino,
Por qué no se hizo su amigo
Y lo ayudó a convertir,
En vez de usted subvertir
El orden de lo divino.
Respóndame usted, soldado,
Por qué ya no usa su verbo
Para despertar al pueblo
Que Dios puso a su cuidado,
Y en vez de en su juicio sano,
Prefiere que esté dormido
Y hallarlo desprevenido
Para imponer su poder,
Sin que haya podido ver
Que usted lo tiene oprimido.
Respóndame usted, soldado,
Cuáles son sus intenciones
Si subyuga las razones
De miedo y soborno armado;
Y en vez de para su hermano,
Procurar la libertad,
La justicia y la verdad,
Lo oprime hasta sus entrañas,
Y sagazmente lo engaña
Al decirle vengo en paz.
Respóndame usted, soldado,
O lo hallaremos culpable
Por la causa inestimable
De las vidas que ha cobrado,
Si juzgó con desenfado
En lugar de socorrer,
Y en lo que está en su poder,
Ordenó que al afligido
Que no admita ser molido,
Lo terminen de moler.
Respóndame usted, soldado,
Ante el tribunal de Dios,
O se imputará traición
Contra Él mismo y su reinado.
Si el daño que ha ocasionado
Admite haber infringido,
Se eximirá del castigo
Siempre que bien se arrepienta;
Y si no, rendirá cuentas,
Y usted será abatido.

