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Vuelve el alma al piano

Volvió el alma al piano

por el toque de sus teclas en mis dedos.

Otra vez galoparon los martillos sobre el tiempo

en el clavijero de fibras de mi existencia.


Las brisas de nuestras memorias,

en la superficie de sus misterios profundos,

surcaron olas de arpegios

que se agolparon sobre mi pecho,

y nos devolvieron la respiración.


El silencio fue de tantos tiempos

que casi nos asfixia,

pero sólo el Creador conoce

el silencio que es parte 

y el que es fin de su obra.


Parecía que mi piano había expirado

en aquel cementerio de instrumentos,

pero hallé que el don es a vida en otro instrumento

como el Espíritu lo es al hombre renovado.


Mi piano y mi cuerpo se extinguirán juntos

pero la música que hicimos 

seguirá al alma para adoración eterna.


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